Hay una corta pasarela colgante sobre el río Carrileufu a metros del lago Cholila. En esa curva del río dónde habíamos llegado la noche anterior junto con Raúl, Pablo, Marcelo y Georgie, nos embarcamos.
Hace un año que lo programamos, y venimos practicando y organizando desde hace meses.
Que paisaje! Los lupinos en flor con degradé de violetas alternando con retamas amarillas , una constante a lo largo de los primeros 27 km del serpenteante río, adornan la postal de los cerros y árboles que corren a nuestro lado.
Dos kayaks dobles ( Marcelo y yo en uno, y Raúl y Georgie en el otro) nos permiten filmar con facilidad. Aunque Pablo, que va en un single, no se hace problema para hacerlo.
En algún momento paramos a tomar mate al solcito, y más tarde a almorzar en una pequeña playa de piedras chiquitas a pleno sol.
Nada comparado con el segundo día, en que el viento sopla con ganas, haciendo corderitos ( olas con cresta blanca) durante la mayor parte del día en que recorremos el Lago Futalaufquen. Eso sí requiere de un esfuerzo adicional de control en cada barrenada de cada ola, a lo largo de unos 26 km del lago.
El día comenzó remando el Lago Verde (curiosamente con viento el contra), pasando debajo de la emblemática pasarela, símbolo turístico del parque Los Alerces, para luego bajar por el río Arrayanes, viendo nutrias, truchas e incluso un par de personas. Pensé que éramos los únicos dentro del Parque Nacional ! Fueron 4 km, incluidos dentro de una postal tras otra. El fondo de piedras pasa rápidamente bajo nuestros kayak en aguas de tonos caribeños, pero con temperaturas magallánicas.
Paramos para el mate, excusa para acomodar algo, y almorzar, otra excusa para charlas abiertas.
Me pasé al Kayak single, sabiendo que requiere más esfuerzo que los dobles. Y disfruto como un chico sobre las olas.
Me asaltan los recuerdos de una bajada del Río Limay en kayak doble con mi hermano, y los chicos del Balseiro, hace solamente 30 años. Y las historias de mis abuelos, que se tomaban el tren río arriba, para armar su Klepper ( kayak desarmable de madera y tela ) para bajar el Danubio, recorriendo Austria, Hungría hasta el más allá.
Me pasé al Kayak single, sabiendo que requiere más esfuerzo que los dobles. Y disfruto como un chico sobre las olas.
Me asaltan los recuerdos de una bajada del Río Limay en kayak doble con mi hermano, y los chicos del Balseiro, hace solamente 30 años. Y las historias de mis abuelos, que se tomaban el tren río arriba, para armar su Klepper ( kayak desarmable de madera y tela ) para bajar el Danubio, recorriendo Austria, Hungría hasta el más allá.
Cuando finalmente arribamos a la costa de villa Futalaufquen, llevábamos como 5 horas remando. Agradecí cada consejo de Sergio de Kayak Escobar sobre como mejorar la remada en esas condiciones.
Ya en el campamento, a la luz del fogón y tras haber cenado, apagamos los celulares (primera vez en tres días en que los encendimos) para vernos inmersos en plena vía láctea, con una estrella fugaz incluída.
No tengo idea como seguirá la semana : las piquetas y grampones esperan la parte de escalada en hielo, pero es la meteorología, entre otros, quien define nuestro futuro cercano.
Si solamente nos permitiera quedarnos charlando con unas tortas fritas junto al fuego, aún así sería una semana ganada en nuestras vidas.
Tercer día de travesía :
Decidimos hacer un cambio de planes, sugerencia de Carlos, nuestro guía, para remar el brazo del Futalaufquen que lleva al lago Krügger. Pasamos el mítico estrecho de los Monstruos y nos vamos al fondo del lago (no a las profundidades sino la costa lejana, donde nace el río Frey).
Almorzamos en la playa, con siesta obligada para algunos, mientras otros exploran la naciente.
Luego, con ola y viento el contra, nos acercamos al estrecho para remarlo corriente en contra, volviendo al Futalaufquen.
Raúl lleva el single sin problema de ida y vuelta. La verdad, el esfuerzo en dobles es claramente menor.
Decidimos hacer un cambio de planes, sugerencia de Carlos, nuestro guía, para remar el brazo del Futalaufquen que lleva al lago Krügger. Pasamos el mítico estrecho de los Monstruos y nos vamos al fondo del lago (no a las profundidades sino la costa lejana, donde nace el río Frey).
Almorzamos en la playa, con siesta obligada para algunos, mientras otros exploran la naciente.
Luego, con ola y viento el contra, nos acercamos al estrecho para remarlo corriente en contra, volviendo al Futalaufquen.
Raúl lleva el single sin problema de ida y vuelta. La verdad, el esfuerzo en dobles es claramente menor.
Inventamos un cuarto día de travesía en Kayak, descartando la parte de escalada en hielo, basándonos en el pronóstico meteorológico. El tiempo nos daría la razón.
Así que armamos los botes muy cerca de la represa, ya sobre el río Grande, que cruza la frontera con Chile y se llama Futaleufú del otro lado. Sabemos que es una de las mecas mundiales del rafting de aguas blancas.
Pero este último recorrido termina justo antes de la frontera, y antes de que se acabe el mundo, donde los rápidos meten miedo a los más valientes.
Pero este último recorrido termina justo antes de la frontera, y antes de que se acabe el mundo, donde los rápidos meten miedo a los más valientes.
Paleamos una mitad con música en los auriculares y pescando, relajados y charlando, como preludio a una segunda mitad con tanto viento en contra, que los Kayaks retrocedían en el río si no poníamos nuestro mejor esfuerzo y técnica. La elección de la táctica dependía de la dirección del viento en cada meandro, de la profundidad e intensidad de la corriente, para optimizar el avance.
Finalmente, con mucho esfuerzo y bajo un cielo gris intenso, llegamos al punto final del recorrido. Georgie está agotado, ya que el fue quien usó el single.
Él cena dos gigantescos platos de fideos, y después me pide un poco más de mi porción.
Él cena dos gigantescos platos de fideos, y después me pide un poco más de mi porción.
Fueron más de 100 km de charlas profundas, intensas, divertidas, de trabajo en equipo sin esfuerzo, con un marco de montañas, bosques, flores y aves.
Hace más de 10 años que nos juntamos para una salida anual a la montaña, y siempre es un placer, un desafío, y un éxito. Le ponemos entrenamiento y preparación, y tenemos el apoyo en nuestras casas.
Tenemos suerte, y lo sabemos.
Y por todo eso, damos gracias.
Tenemos suerte, y lo sabemos.
Y por todo eso, damos gracias.
Mike,
Pd: último día :
Nos escapamos con Flavio, el hermano de Marcelo que vive en Esquel, para que me muestre '"su" laguna, donde se escapa durante los mediodías para desenchufarse, remando 8 km en un entorno de bosques, montañas y juncos. La laguna La Zeta es un lugar lindísimo, a solo 10 minutos del centro.
Nos escapamos con Flavio, el hermano de Marcelo que vive en Esquel, para que me muestre '"su" laguna, donde se escapa durante los mediodías para desenchufarse, remando 8 km en un entorno de bosques, montañas y juncos. La laguna La Zeta es un lugar lindísimo, a solo 10 minutos del centro.
Nos bajamos del auto y recojo algo de basura para acercarlo al tacho que rebalsa. Charlo con alguien que pasea a sus perros. La conversación incluye obligadamente la basura, y luego educación, reciclado, gestión municipal, materiales de construcción, etc., Lo típico entre desconocidos.
Y luego dice, parte pregunta, parte afirmación, "vos sos de acá...."
Y luego dice, parte pregunta, parte afirmación, "vos sos de acá...."
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